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Como unos políticos y leñadores brasileños asesinaron al jefe indígena Eusebio Ka’apor

Eusebio era uno de los defensores de la tierra indígena así como feroz enemigo de los leñadores y políticos locales que viven de la extracción diaria de madera noble en tierra indígena. Eusebio, quien vivía en el pueblo de Ximborenda que depende del municipio de Santa Luzia de Parua recibió dos disparos en la espalda en una población situada cerca de Centro do Guilherme.

El líder indígena, estaba regresando con un compañero en moto de una aldea recién creada en la tierra indígena Alto Turiaçu, cuando al pasar cerca de un grupo de casas, varias personas armadas surgieron como si los estuviera esperando. Los indígenas siguieron avanzando cuando de repente dispararon varias veces hacia ellos, dos balas alcanzaron a Eusebio Ka’apor en la espalda. Transportado por su compañero al pueblo vecino, lo socorrió gente que lo llevó en coche al hospital de Santa Inés. Pero apenas llegaron a la ciudad de Nova Olinda, Eusebio no pudo soportar y falleció.

Muchos eran los que esperaban tamaña tragedia por haber sido testigos del clima de tensión y violencia en la región de Centro do Guilherme. Sabían que los Ka’apor, desde hacía ya algunos años, habían decidido volverse intransigentes frente al comercio ilegal que se realizaba en sus tierras, originando muchos perjuicios. Recién habían organizado ciertas operaciones de choque para expulsar a los leñadores, prendiendo fuego a unos camiones después de haber descubierto in fraganti a algunos individuos. Las represalias no tardaron en manifestarse.

Desde enero hasta hoy, los Ka’apor han vivido confinados en su domicilio, en la imposibilidad de dejar sus pueblos pues estaban constantemente agredidos y amenazados. A lo largo de esos meses, les han robado cuatro motos y al menos 10 personas han sido apaleadas y humilladas en represalia a la operación de los indígenas y para disuadirlos de emprender nuevas expulsiones. Cuentan los indígenas que ni siquiera han intentado denunciar esas acciones porque los agresores actúan con la complicidad de la policía militar de la región, sin hablar del apoyo y la participación directa de los concejales y alcaldes de la región. Incluso algunos de ellos fueron encarcelados hace poco más de un año tras una operación llevada a cabo por la policía federal.

La Secretaría de Estado de derechos humanos, el fiscal federal y  la OAB/MA han sido testigos de la situación sin poder, hasta ahora, fomentar una estrategia para mantener una presencia institucional permanente en la región con el fin de desarmar y pacificar a los leñadores rebeldes, a quienes los Indios impidieron seguir explotando ilegal e irracionalmente la madera en tierras indígenas.

Por ahora, se espera que la policía federal y otros organismos investiguen y castiguen a los autores de ese crimen salvaje, pero también que se inicie una planificación de presencia institucional pues en la región de Centro do Guilherme, hace tiempo ya que la ley del más fuerte es vigente sin que el Estado haya intervenido.

PD: el autor del artículo, Claudio Bombieri es un misionero comboniano.

© racismoambiental.net.br / traducido del francés por Claire Lagrange